Sabanalarga Amateur Radio Club Atlántico - Colombia
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EXPEDICIÓN ISLA MALPELO 2012
HK0-NA
Durante
17 días
radioaficionados
(HAM
RADIO)
de siete
países
vivieron
duras
jornadas
en la
isla en
el
Pacífico.
Regresaron
con la
ropa y
los
zapatos
llenos
de
agujeros.
Ni las
carpas
se
salvaron
de los
rotos
que en
17 días
abrieron
los
cientos
de
cangrejos
que les
acompañaron
durante
la
expedición,
pero
están
felices
porque
lograron
194.000
contactos
desde la
remota
isla de
Malpelo,
en el
pacífico
colombiano.
Fueron
21
radioaficionados
de
diferentes
partes
del
mundo,
siete de
ellos
colombianos,
los que
lograron
la
hazaña
denominada
expedición
Malpelo,
que
terminó
con el
récord
avalado
por el
Clublog,
la
autoridad
mundial
para
estos
aficionados.
Y es que
desde el
mismo
momento
en que
llegaron,
el
pasado
21 de
enero,
la cosa
no fue
fácil en
la gran
roca que
emerge
del
océano,
donde
comparten
la
agreste
topografía
una base
de la
Armada
Nacional,
lagartijas,
cangrejos
y toda
suerte
de aves
marinas.
"Fueron
días de
intenso
calor y
noches
de un
abrumador
frío.
Desde
instalar
los
equipos
para
buscar
el
récord
no fue
sencillo
porque
se trata
de un
santuario
donde
hay
restricciones
ambientales",
recuerda
Jorge
Prieto o
HK1R,
el líder
del
grupo.
El
reconocimiento
previo
del
sector
se hizo
en
noviembre
y la
instalación
de los
equipos
en
diciembre,
pero las
tormentas
permitieron
instalar
solo un
90 por
ciento
las
antenas,
transmisores,
generadores
y redes
inalámbricas
del
campamento
que
recibió
a
brasileros,
canadienses,
estadounidenses,
alemanes,
argentinos
y
austríacos,
entre
otros.
Reconocidos
radioaficionados
como
Robert
Allphin,
Glenn
Jonson y
Greeg
Marco,
llegaron
por
primera
vez a la
isla con
la
expectativa
de
lograr
las
comunicaciones.
En total
fueron
diez
estaciones,
ubicadas
en dos
sectores
de la
isla, a
través
de las
cuales
se
lograron
194.000
contactos
con
radioaficionados
de 211
países,
8.000
más de
los que
logra-ron
en 2005
los
expedicionarios
de la
Ducie
Island,
en el
pacífico
sur.
"Fue un
trabajo
agotados.
Se
transmitieron
24 horas
al día;
cada uno
hizo
turnos
de tres
horas y
descansaba
otras
tres
horas.
No se
paró ni
un
minuto",
recordó
Prieto,
un
ingeniero
mecánico
barranquillero
de 50
años,
quien
tiene en
la radio
afición
su
principal
pasatiempo.
En ese
recorrido
de ondas
por el
mundo
recibieron
respuesta
desde
África,
Asia y
cientos
de
lugares,
mientras
la
página
web
donde
reportaban
sus
actividades
alcanzó
un
millón
de
visitantes.
Los
contactos
se
hicieron
con
comunicación
de voz,
Código
Morse y
modos
digitales.
Estos
viajeros
de las
comunicaciones,
que
empezaron
a
trabajar
la idea
con
escasos
recursos
y
donaciones
desde
los 2
dólares,
ahora
están
felices
de haber
sobrevivido
a unos
de los
medios
más
hostiles
que
hayan
conocido
y haber
logrado
tantos
contactos.
Ya en
Bogotá,
después
de haber
terminado
la
primera
fase de
su
hazaña
esperan
el envío
de las
tarjetas
que
llegarán
de
distintos
rincones
del
mundo
como
certificación
de que
las
horas no
pasaron
en vano
y de un
viaje
que
nunca
olvidarán.