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Primeras palabras enviadas por telégrafo Samuel Morse, 1844
CW... ¿QUÉ ES ESO?
O sea que etimológicamente esa expresión tiene poca defensa, dada la evidente contradicción entre el enunciado y la realidad. Pero así se ha consolidado y así quedará para siempre. La comunicación en CW se aplica exclusivamente a aquella que usa el código Morse, sea manual o automático.
El código Morse, que tiene más de ciento cuarenta años de antigüedad, y que fue de aplicación general hasta hace bien poco, sigue siendo un medio altamente efectivo para establecer comunicación por radio con medios sencillos y/o en condiciones difíciles.
Precisamente medios sencillos y condiciones variables y difíciles en muchas ocasiones es lo que caracteriza a las comunicaciones entre aficionados.
Y es por esto que muchos aficionados lo aprecian y siguen usándolo. Un emisor de CW puede ser mucho más simple y económico que uno de telefonía y, a igual potencia, permite un alcance mucho mayor.
Orígenes del
Morse.
El código básico, llamado código Morse, transmitía mensajes mediante impulsos eléctricos que circulaban por un único cable.
El aparato de Morse, que emitió el primer telegrama público en 1844, tenía forma de conmutador eléctrico. Mediante la presión de los dedos, permitía el paso de la corriente durante un lapso determinado y a continuación la anulaba.
El receptor Morse original disponía de un puntero controlado electromagnéticamente que dibujaba trazos en una cinta de papel que giraba sobre un cilindro. Los trazos tenían una longitud dependiente de la duración de la corriente eléctrica que circulaba por los cables del electroimán y presentaban el aspecto de puntos y rayas.
En el transcurso de los experimentos con dicho instrumento, Morse descubrió que las señales sólo podían transmitirse correctamente a unos 32 km.
Más allá las señales se hacían demasiado débiles como para poder registrarlas. Morse y sus colaboradores desarrollaron un aparato de relés que podía acoplarse a la línea telegráfica a unos 32 km de la estación emisora de señales a fin de repetirlas automáticamente y enviarlas a otros 32 km más allá.
El relé estaba formado por un conmutador accionado por un electroimán. El impulso que llegaba a la bobina del imán hacía girar un armazón que cerraba un circuito independiente alimentado por una batería.
Este mecanismo lanzaba un impulso potente de corriente a la línea, que a su vez accionaba otros relés hasta alcanzar el receptor.
Algunos años después de que Morse hubiera desarrollado su equipo receptor y lo hubiera exhibido de forma satisfactoria, los operadores telegráficos descubrieron que resultaba posible diferenciar entre los puntos y las rayas por el simple sonido, cayendo en desuso el aparato de registro de Morse.
Sin embargo, los demás principios básicos del sistema Morse siguieron utilizándose en los circuitos de telegrafía por hilo.
Dado que la telegrafía resultaba demasiado costosa para poder implantarla con carácter universal, se desarrollaron diferentes métodos para enviar varios mensajes simultáneamente por una misma línea.
En la telegrafía dúplex, el primer avance de este tipo, se puede transmitir un mensaje simultáneo en ambas direcciones entre dos estaciones.
En la telegrafía cuádruplex, inventada en 1874 por Thomas Edison, se transmitían dos mensajes simultáneamente en cada dirección.
En 1915 se implantó la telegrafía múltiple que permitía el envío simultáneo de ocho o más mensajes.
Ésta y la aparición de las máquinas de teletipo, a mediados de los años veinte, hizo que se fuera abandonando progresivamente el sistema telegráfico manual de Morse de claves y que se sustituyera por métodos alámbricos e inalámbricos de transmisión por ondas.
En España, las primeras estaciones de radiotelegrafía se construyeron en 1900 para comunicar Ceuta y Tarifa. Hubo que esperar hasta el año 1915 para que la radio transmitiera directamente la voz humana de un extremo al otro del océano.
En aquella ocasión, el mensaje partió de Virginia y lo recibió un receptor colocado en la torre Eiffel. En sus primeros años, antes de contar con la transmisión de la voz, la radio encontró su principal utilidad como ayuda a la navegación, ya que permitía enviar mensajes sin hilos a barcos en alta mar.
Antes de llamarse radio se llamó telegrafía sin hilos (TSH). El primer buque que contó con un transmisor-receptor de estas características fue el St.Paul (1899), un paquebote estadounidense.
El 23 de enero de 1909 tuvo lugar el primer rescate marítimo que se pudo llevar a cabo gracias a la radio.
El barco británico Republic, de Liverpool, que hacía la ruta a Nueva York con 461 pasajeros y 300 tripulantes a bordo, colisionó en medio de una espesa niebla con el italiano Florida, cargado con 800 emigrantes que también se dirigían a América.
La señal de socorro (entonces CQD, siglas en inglés de Come Quick Danger) fue recibida en EEUU y transmitida desde la costa a los barcos que se encontraban en la zona. Estos consiguieron llevar a cabo el rescate y salvar a los 1700 náufragos.
Desde entonces, las telecomunicaciones en el mar han permitido miles de acciones semejantes, salvando muchas vidas. La utilización de la radiotelegrafía para transmitir mensajes entre los barcos y la costa alcanzó un enorme auge en los primeros años del siglo XX.
En 1902 se celebró una primera reunión internacional para establecer los reglamentos.
El segundo encuentro tuvo lugar en Berlín en 1906. Sólo seis años después, en 1912, fecha de la siguiente conferencia internacional, funcionaban ya 479 estaciones costeras y 2752 barcos contaban con instalaciones de TSH.
La implantación del SOS (Save Our Souls) como señal internacional de ayuda se había propuesto en la reunión alemana de 1906, por ser más fácil de transcribir en código Morse (... --- ...) que CQD (-.-. --.- -..), pero no se adoptó universalmente hasta 1912, en la conferencia que se celebro en Londres pocos meses después del hundimiento del Titanic.
En aquel famoso
naufragio, mucha gente pudo ser rescatada y salvarse gracias a la llegada
de barcos de socorro. Habían sido convocados por el telegrafista, que no
paró de enviar frenéticamente en Morse los mensajes
CQD y
SOS Esta es la historia de cómo los tres puntos de la letra " S " hicieron historia al cruzar el Atlántico contada por el propio Marconi.
"Poco después del medio día (hora local) del 12 de diciembre de 1901, me puse un audífono en la oreja y empecé a escuchar.
El receptor sobre la mesa ante mí era muy primitivo: unas cuantas bobinas y condensadores y un cohesor: sin válvulas ni amplificador y ni siquiera con cristal.
Me encontraba, finalmente, en el momento de poner a prueba lo correcto de todas mis teorías.
El experimento había involucrado arriesgar por lo menos 50.000 libras esterlinas para lograr un resultado que había sido declarado imposible por algunos de los matemáticos más importantes del momento."
De pronto escuchó el agudo golpecito de la "tecla de telégrafo" en el momento en que ésta tocaba el cohesor.
"Sin lugar a dudas, los tres agudos golpecitos que corresponden a tres puntos sonaron en mi oreja; pero no podía estar satisfecho a menos de que lo corroborara. ´¿Escucha algo, señor Kemp?´, pregunté a mi asistente a la vez que le pasaba el teléfono. Kemp escuchó lo mismo que yo."
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